viernes, 24 de septiembre de 2010

Solos, dando vueltas de campanas bajo sabanas

Cuando estás arropado en la cama, donde no puedes engañarte a ti mismo, es el momento de darte cuenta de lo trascendental de la vida. No es un simple "yo soy yo y mi circunstancia" como decía Gasset, es más enrevesado de lo que el gentío puede llegar a entender. Pocas cosas son realmente importantes, aunque gente como mi persona, no sabe apreciar que debe ser importante o no debe serlo.
Muchas reflexiones vagan en la cabeza del que a media noche, se para a pensar en el futuro. Pocas son tan importantes como el amor, la soledad o el olvido de si mismo. Pues bien, cuando tratamos de diferenciar entre si algo es importante o no, depende de la cantidad de muescas,mellas y hendiduras que tenga la mente del mismo.
Vengo a decir que la preocupación no es más que la disyuntiva entre dar importancia o no a cada una de las situaciones cotidianas. Pero es mas complejo que la trivialidad de la lista de la compra, es algo que incluye demasiados factores.
Factores como la afectividad, simpatía o como se quiera llamar, pero es algo que es demasiado intrínseco, demasiado "importante" como para no tenerlo en cuenta.
Cuando estás arropado, pueden venirte a la mente una infinidad de situaciones en las que deseas verte o en las que no querrías ni aparecer. ¿Será esa la motivación para cambiar nuestra forma de vida? ¿Cambiamos cuando estamos a punto de quedar incoscientes? ¿De verdad recordamos lo que dijimos hace ocho horas?¿Tan dificil es aceptar la dificultad de saber tomar las decisiones adecuadas en el momento adecuado?